INTERPRETAR LOS MENSAJES DEL CUERPO

Qué difícil que es el conocernos, saber como estamos y que hacer para llegar al día D en optimas condiciones.
Hemos leido muchas veces que llegar bien o llegar al 100% depende de lo que uno quiere arriesgar, cualquiera puede ir entrenando y bajar volumen o intensidad días antes del día D para llegar fino a la prueba, pero si no arriesga no llegará al 100%.

¿De qué riesgo hablamos? Está claro que para llegar al máximo nivel hay que acometer riesgos, series y cargas días previos que pueden hacernos llegar con ese tono perfecto y chispa en las piernas, pero a la vez jugamos con fuego ya que como nos pasemos un poco y giremos el tapón más de lo debido nos pasaremos de rosca.

Cuando uno entrena fuerte, está muchas veces al filo del sobreentrenamiento, una semana vas como una moto y la siguiente tus piernas te abandonan a las primeras de cambio, volver al estado inicial es difícil y por ello la mayoría no nos arriesgamos y preferimos asegurarnos simplemente llegar "bien".

Os cuento esto porque estas semanas me ha pasado precisamente lo que comentaba, por suerte faltan 44 días para el día D y tenemos margen de maniobra para hacer lo que queramos. Estas últimas semanas me encontraba como nunca antes, subía fácilmente y como una moto cuestas que poco antes ni osaba correr, esas sensaciones se las transmitía a Dani Salas y el me comentaba que en estas alturas y con las cargas que llevamos no tocaba estar así, de esta manera un par de semanas seguidas hasta que sin motivo aparente mis piernas se pusieron en modo Off y se iban apagando poco a poco, como si la chispa fuera disminuyendo paulatinamente.

Me había apuntado semanas antes a una cronoescalada aprovechando ese bonito estado de forma y llegando el día cada vez iba peor, el colmo fue el martes que salí a correr por el Valle del Silencio, ya saliendo de casa tenía la sensación de arrastrar un Pulka de 30Km o llevar una mochila cargada de piedras, pero por mi experiencia pensaba que con el paso de los km esas sensaciones irían desapareciendo para acabar con buenas sensaciones.

Negativo. Esas sensaciones fueron incrementándose, las 3 subidas más duras del circuito de 10Km que tengo como referencia y que tan fácil corría las últimas semanas me castigaron física y anímicamente, fue tal el desatre que en la primera de ellas ya no llegue ni a la mitad cuando me tuve que poner a caminar destrozado.

Se trata de sobreentrenamiento? Ha sido unos días puntuales? Ya había dicho Dani que lo lógico es que me encontrara cansado, agotado... Pero tanto? Un cambio tan drástico? Soy famoso por mi poca fuerza mental y por ello tampoco quiero luchar contra ella, prefiero normalmente cambiar chip, descansar, practicar otras actividades y una vez depurado seguir. Pero hablamos del UTMB y 44 días para el día D, perder una semana cunado estamos en periodo de máxima carga no es una opción a no ser que realmente uno este seguro de lo que hace.

Por ello analice diferentes factores:

- Descanso: Tiene mucho que ver con el estado físico de uno, en mi caso duermo bien y las horas necesarias, he de descartar esta opción.
- Alimentación: Suelo comer variado y bastante sano exceptuando mis famosos caprichos de dulces, bollería industrial... Llevaba 2 días sin tomar dulce, tomando frutas, verduras...

Como se que el dulce no es bueno pero ami siempre me ha cargado el motor de energía he vuelto a pecar y a ver que pasaba.

Ayer noche salí con mi compañero de Mallorca Trail Martin a rodar 10Km por el Valle del Silencio, nada más empezar a trotar vi que mis piernas iban más sueltas que el dia anterior, pero hasta la subida no quería cantar victoria.

Al final del entreno muy contento, hice las 3 subidas corriendo (no sin sufrir en ellas), llegué a casa animado y aliviado, ahora a seguir entrenando pero cuidando los ritmos para no volver a pasar por lo mismo y a seguir comiendo ensaimadas de crema, será efecto placebo o no, pero ami me va bien.