Sabía desde un principio que la cueva destacaba por su tamaño, unas galerías inmensas que incluso se dice que en una de ellas cabría la catedral de Palma (La Seu).
Es una cueva apta para cualquier persona ya que hasta la última sala no necesitas mucha técnica, en cuanto a la claustrofobia, las salas son inmensas y únicamente hay un punto que nos vemos obligado a desplazarnos por gateras tumbados y arrastrándonos, poniéndonos perdidos de fango.
Para llegar a la última sala si hay un rapel vertical que una vez hecho lo tendremos que remontar con la ayuda de un puño y un crol.
Este es el único "laguito" que encontraremos, de unos 6m2 sale en todas las fotos y es que no hay mucho que fotografiar, en esta cueva hay comparado con otras pocas formaciones como estalactitas, estalagmitas...
Para realizarla empleamos una cuerda de 30 metros y 3 o 4 de entre 40 y 50 metros, el puño para remontar es imprescindible ya que el fango constante nos hace resbalar y con ello optar a una posible caída.
Mi valoración es de un 7 sobre 10 y le doy esta puntuación por el aspecto deportivo y por la magnitud de las salas.
La aproximación es más fácil de lo que me pensaba y técnicamente también, había leído que para llegar al fondo convenía hacer vivac en la sala, pues bien, partiendo a las 09:00 de Inca y sin prisas, a las 19:00 estábamos en Palma.
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