Ultimamente en las noches de los fines de semana se puede distinguir un fenómeno extraño por las montañas de la sierra de tramuntana, los más viejos de los lugares no saben muy bien a que se debe, extrañas luces recorren las montañas más altas, subiendo la luz a ritmo lento pero constante y bajando una vez llegada a la cima a una velocidad vertiginante.
Este fenómeno se denomina fiebre por las ultras y los causantes son los cientos de corredores que la padecen y que sin bastarles las horas de luz, hacen quedadas nocturnas para practicar su deporte favorito en buena compañía y con unas vistas diferentes a las habituales.
Este sábado fue nuestro turno, quedamos a las 18:00 en Lloseta con un buen grupo de amigos para subir corriendo hasta el castillo de Alaró.
En total los corredores que se presentaron a esta cita fueron: Biel, Antonia, Xisca, Maria, Guilllem C. , Guillem V. , Carmen, Cati y un servidor.
Empezamos la salida desde Lloseta y nos dirigimos hacia las cuestas de Tofla, Carmen y yo notamos gratamente el dia de descanso y nos encontramos muy bien, la subida al castillo fue entretenida y no notamos el frío hasta llegar al restaurante Es Verger donde al pararnos a esperar al resto nos quedábamos helados y decidimos esperar dentro.
Toni Nadal y familia al igual que Marga... vinieron en coche y así cenamos todos juntos, la paletilla hizo furor y las raciones de pudding sin comentarios, excelente, como siempre lo mejor de la noche no fue ni el entreno ni la cena sino la calidad humana de estos amigos.
El cvremadillo famoso nos sirvió para que la bajada en coche se hiciera más alegre.
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