Si ya es un lujo poder escalar un domingo en Mallorca, más aún es hacerlo como hicimos ayer, nos encontramos en Otoño, finales de Septiembre e ibamos sin camiseta, sin pasar frío ni calor, hacía la temperatura perfecta.
Las vistas desde Formentor son espectaculares y ya sea cuando escalas o cuando aseguras a un compañero, disfrutas a cada instante de las panórámicas que hay a cada lado, por un lado el Cabo de Formentor y por otro la bahía de Pollensa.
Destacar también el equipo que formamos, Edgar que demostro ser el que estaba más enforma y que encadeno las vías que comprometían más dificultad, Flor a la que conocimos ayer y que nos sorprendió por su fuerza de brazos, Kiko que cada día se encuentra más cómodo en la roca y yo.
Al tener un nivel bastante parecido pudimos hacer las mismas vías, haciendo siempre 2 a la vez y cambiándonos una vez encadenados.
Lo increible de escalar en Formentor es ser prácticamente los únicos que estamos en este sector, al llegar bajaban otros 3 que duraron poco tiempo y poco antes de irnos llegaron 4 ingleses que seguro que se les hizo de noche.
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